Obra de varias generaciones

La idea de una familia como obra de varias generaciones

Si echamos la vista atrás podemos contemplar una trayectoria con interesantes hitos que definen esta historia familiar, y quizás la historia de otras empresas familiares. Los aspectos habituales solo servirán para confirmar el carácter general y familiar de esta historia, pero los aspectos especiales que se ponen de manifiesto quizás escondan el secreto el éxito de un "Hidden Champion".

Salimos de Oberkochen subiendo por el curso del río a través del bucólico y romántico valle del Wiesen en el verano de 1875 y... ¿qué es lo que vemos? ¡algo sorprendente! Justo antes de Unterkochen el día nos saluda alegremente con el humo de las chimeneas de las forjas. ¿Qué está sucediendo? El emplazamiento de la sede de RUD en Friedensinsel escogido en 1875 por nuestros dos fundadores, Carl Rieger y Friedrich Dietz, para colocar su forja no se seleccionó al azar. Ya a mediados del siglo XIV se desarrollaron en la localidad de Unterkochen, en la zona este de Wurtemberg, numerosas herrerías aprovechando la limonita y los grandes recursos madereros. La fuerza hidráulica del río Kocher facilitaba el trabajo, y por ello la fabricación artesana de cadenas de forja se fue convirtiendo también en algo típico de la zona. Además, el curso del río Kocher había creado en este lugar una sorprendente isla, por lo que cuando se estableció allí la fábrica posteriormente en 1898 esta zona se bautizó como "Friedensinsel" (isla de la paz), nombre que se mantendría en el futuro. En la entrada del parque que rodea la fábrica encontramos un monumento erigido por el industrial Ernst Rieger en 1992 para conmemorar este nombre. Más tarde hablaremos de lo adecuado que resulta este peculiar nombre para una zona industrial.

Sin embargo, primero intentaremos descubrir los motivos que llevaron a los fundadores de la empresa a crear este imperio. Nada más comenzar nos encontramos con una pieza aún más antigua de la historia industrial de Aalen. Nos referimos a la empresa Erlau, erigida en los prados de Erlen-Au en 1828. El notable cargo de jefe de fábrica lo ocupaba Carl Rieger, y el tranquilo viajante Friedrich Dietz se encargaba de la venta de cadenas y otros productos. El consejo de administración de Erlau AG (la primera sociedad anónima del sur de Alemania en su época) se negó a conceder el aumento salarial que ambos empleados solicitaban. Esta decisión tendría consecuencias. Inmediatamente después y sin dudarlo, ambos hombres decidieron fundar una forja de cadenas 3 km hacia arriba en el curso del río Kocher y su progreso y éxito posteriores probablemente sigan siendo un capítulo amargo para los protagonistas de la historia de Erlen-Au. Con un equipo inicial de 16 forjadores se dedicaron con pasión a gestionar un negocio que crecía rápidamente.

Hoy en día sabemos que RUD y Erlau comparten una historia industrial de más de 180 años. También sabemos que, de acuerdo con el lema político "lo que se desarrolla paralelamente debe tener un destino común", 113 años después, en 1988, Erlau AG entró a formar parte del grupo empresarial familiar RUD, con lo que se cerró un capítulo que había empezado mucho tiempo atrás.

No obstante, hasta llegar al grupo empresarial RUD de hoy en día, con más de 1000 empleados y gran presencia internacional, tuvo que pasar mucha agua bajo los puentes del río Kocher. Cinco generaciones de esta familia de empresarios fueron testigos de los buenos y malos momentos, de las particulares de la empresa y del merecido éxito, un éxito que podría haberse sacado de un manual sobre sostenibilidad y disposición al riesgo en empresas familiares. Aunque en el momento en el que se fundó la empresa ya se podía intuir un cierto enfoque industrial y no solo artesanal (algo que prueban las participaciones en ferias y los galardones de los años 1877 y 1881), fue Otto Rieger, único descendiente de los fundadores después de que Friedrich Dietz falleciera sin descendencia, el primero en introducir en Alemania la soldadura eléctrica para eslabones de cadenas en 1908. El año 1910 puede considerarse como el año de nacimiento de la primera cadena de nieve, fabricada en Unterkochen. Un acontecimiento que marcaría un hito en la historia industrial de Alemania en un momento en el que la motorización del tráfico aún se encontraba en su fase inicial. Hasta la fabricación industrial de cadenas de gran calidad para su uso en todos los procesos de transporte, elevación, sujeción, arrastre y anclaje que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial y hasta consolidarse como líder en el sector de fabricación de cadenas de protección de neumáticos, la empresa RUD siempre ha seguido el mismo principio fundamental: ¡queremos ser los primeros!

Pero volvamos de nuevo a la emocionante vida de una comunidad de emprendedores y empleados que allanaron juntos el camino hacia el futuro con hitos definidos por su notable carácter colaborativo.

En 1935 este lema ya se había hecho realidad de forma espectacular: cuando el ingeniero titulado Werner Rieger se convirtió en el primero en desarrollar la malla de cadena de carril y entró así a formar parte de la historia de los accesorios para automóviles por inventar la cadena de carril. Las actividades empresariales de RUD nunca fueron especulativas. Siempre se tomaron ideas técnicas como punto de partida con el objetivo de aspirar a lograr una calidad máxima. Este principio se ha mantenido hasta la actual quinta generación, que utiliza estos valores inamovibles como declaración de intenciones para continuar con la historia familiar.

En 1910, diez años antes de que se aprobara la ley que requería consejos de empresa, Otto Rieger padre creó un consejo consultivo con los siete forjadores de cadenas con más experiencia. Los empleados leales y con méritos se convirtieron en 1960 en empleados fijos de RUD con planes de jubilación voluntarios, ayudas económicas en caso de enfermedad y días de vacaciones adicionales. Con el paso del tiempo estos avances sociales se han convertido en algo habitual, pero hace 50 años eran algo completamente revolucionario. RUD se convirtió en la primera empresa de la región que introdujo el pago de salarios sin efectivo, algo que permitió que por primera vez muchas esposas supieran exactamente cuánto ganaban sus maridos y que en muchos casos no fue precisamente una buena noticia...

Este tipo de colaboración convincente y ejemplar fue aplicada por los cuatro (ahora casi legendarios) hermanos y emprendedores Otto, Ernst, Emil y el ingeniero titulado Werner Rieger, que dejaron su huella en esta empresa familiar durante más de medio siglo. También dejaron su huella en la industria de las cadenas a nivel nacional e internacional, donde estos hermanos gozan de un legendario prestigio. Asimismo, recibieron un reconocimiento oficial por su trabajo con la visita de estado del entonces presidente federal de Alemania, Gustav Heinemann, a su empresa y con la obtención del primer premio del concurso nacional "Industria en el campo" de manos del conde Lennart Bernadotte.

En la cuarta generación, el Dr. Ing. Hansjörg Rieger tomó las riendas de la empresa familiar en 1968 y la dirigió con ayuda de sus hijos el Dr. Jörg Steffen, Johannes y el Dr. Benjamin Rieger.

Esta quinta generación sufriría un duro golpe con la trágica muerte accidental de su hermano Florian Rieger. Su pasión por el progreso y su talento emprendedor desaparecieron prematuramente, aunque dejó atrás sus inolvidables logros en las plantas de Brasil y Rumanía.

A la zona este de Wurtemberg se la conoce como la región del talento y las patentes. Así, los empleados del grupo empresarial RUD han realizado una importante contribución para que la región se conozca con este nombre. Desde hace 180 años, en cinco generaciones y desde todos los continentes, pero con una vinculación especial con el lugar del que proceden, a pesar de su presencia internacional.

Tampoco debemos olvidar que la fortuna de una familia de empresarios se refleja también en las personas y la vida cultural de su entorno. La familia Rieger contribuye de forma importante a fomentar la vida cultural de la región conservando el patrimonio artístico de la renombrada e inolvidable soprano de coloratura y "Kammersängerin" (título honorífico concedido a cantantes de méritos destacados) Trude Eipperle-Rieger, esposa del industrial Ernst Rieger. Si se ha conseguido que el nombre Friedensinsel tome forma como concepto especial, complementémoslo con los recuerdos de aquellos días que esperamos que sean ya solo cosa del pasado: los días en los que la guerra y sus bombas amenazaban con destruir la ciudad de Stuttgart y sus tesoros artísticos. El profesor von Graevenitz, director de la Academia de Arte en aquel momento (y por cierto suegro de Robert Bosch hijo), solicitó protección en Friedensinsel para las esculturas y obras pictóricas más importantes. Allí (es decir, aquí), estos tesoros artísticos encontraron un exilio pacífico y lograron sobrevivir a la destrucción de aquellos días. Friedensinsel se convirtió en una auténtica isla de la paz. Todo esto forma parte de una historia social y cultural que no todas las empresas y familias de empresarios pueden vivir, experimentar y mostrar.

No olvidemos tampoco el lado alegre y humano. De las innumerables anécdotas contaremos aquí solo una (y la contaremos muy discretamente): la hermana de los cuatro legendarios hermanos de las cadenas, Emma Rieger, fue el adorado amor de juventud de un estudiante de instituto de Aalen, Erwin Rommel, que posteriormente sería mariscal de campo del ejército alemán. Como episodio de valor histórico, podemos revelar que este joven iba a menudo en bicicleta siguiendo al tren de Aalen a Unterkochen para recibir a su amada de nuevo en la estación de Unterkochen. El hecho de que posteriormente se abriera camino a través de las arenas del desierto con cadenas de la empresa familiar de su amor de juventud solo es un pequeño detalle sobre el que no incluimos valoración histórica.

Finalmente, después de todo lo que hemos comentado, cedemos la palabra a dos personalidades importantes en lo que respecta a la filosofía de las empresas familiares. El miembro de la junta directiva de la Fundación Alemana de Empresas Familiares, el profesor Brun-Hagen-Hennerkes, nos explica su percepción de esta filosofía con estas palabras: "Las empresas familiares son el pilar fundamental del mercado de trabajo. Trabajan arduamente con objetivos a largo plazo. Aquellos que relacionan a estas empresas con la tradición y la complacencia ignoran su afán innovador. Pero también corren grandes riesgos. De los 3,2 millones de empresas que hay en Alemania, más del 95 % son empresas familiares. Son este tipo de empresas las que crean la mayor parte de los puestos de trabajo". Y añade: "Se calcula que entre el 50 y el 60 % de los 28 millones de trabajadores que cotizan a la Seguridad Social trabajan en empresas familiares". Concluye con lo siguiente: "Los propietarios de empresas familiares no son de ningún modo mejores personas que los gerentes de grupos empresariales anónimos. Pero su motivación sí es diferente...".

El profesor Dr. Hermann Simon ha incluido por segunda vez a la empresa RUD en su obra fundamental "Hidden Champions del siglo XXI", una obra de consulta sobre las estrategias de éxito de líderes de mercado desconocidos, en la que la empresa familiar RUD vuelve a figurar. Es decir: la empresa RUD se ha hecho un hueco de nuevo en esta categoría de empresas.